Gaucho Argentino

Quisiera haber vivido mucho tiempo antes,
en nuestra hora prima,
en nuestro día madre,
solo para conocerte,
gaucho que cantabas con toda la sangre,
con todos los pájaros libres en la boca,
como ya no canta nadie,
nadie en el mundo, nadie, nadie.


Quisiera haber vivido
en tu primer instante, 
antes de la entrega de la pampa,
antes del encierro de los árboles.
Haber vivido en el alto mediodía de tu lance.
Haber corrido tu mañana,
desandado tu tarde,
ambulado tu ocaso tras la voz del caracol del mate.


Vénganos otra vez, ¡oh gaucho!, tu coraje.
Vénganos tu conciencias del deber.
Vénganos tu arranque.
Tu cuchillo de fuego. Tu altivez. Tu donaire.
Tu canto de jilguero. Tu baile.
Tu corazón de niño.
Tu ángel.
¡Vénganos sobre el campo, por el aire!.

Fragmento del poema de José Pedroni.

El gaucho surge de la mezcla del español y el indígena. Realizaba casi todas las faenas del campo a caballo y durante doscientos años luchó contra las hostilidades de los indígenas. Era nómade, sin apegos ni prejuicios. El gaucho tomó costumbres del indio como el uso del poncho, el mate, las boleadores y del conquiestador español, la guitarra y el caballo.
El territorio del gaucho fue la llanura  desde la Patagonia hasta casi el sur del Brasil. Era marginal y solitario pero respetado por su destreza como jinete, su solidaridad y su ingenio.
Hoy en día el gaucho vive en el campo argentino, tiene una vida austera pero confortable, conserva sus costumbres rurales y tradiciones.